¿Cuál es tu punto ciego?
#CEOsDelFuturo es el newsletter donde envío experiencias relevantes para quiénes están comenzando su carrera como emprendedores o directivos de empresas.
Resumen de hoy
¿Cuál es tu punto ciego?
¿Cómo crecer a pesar de tu jefe?
Feliz 2024 según la neurociencia
¿Cuál es tu punto ciego?
Los puntos ciegos son una debilidad o amenaza que no has reconocido y puede limitar tu éxito.
Puede ser un comportamiento innato o una amenaza circunstancial. Todo el mundo tiene uno y es muy difícil detectarlo por uno mismo.
Si no abordas tus puntos ciegos pueden generar impactos duraderos en el negocio como le ocurrió a Emanuel, un ingeniero a cargo de la dirección de una empresa, con quién trabajé codo a codo.
Emanuel tenía un amplísimo nivel de conocimiento técnico en temas de bioingeniería, lo que justamente era su punto ciego.
El punto ciego número uno que veo es Un GRAN ego.
Emanuel como todos los líderes deben luchar contra el ego.
El ego, en términos psicológicos, es la parte de la mente que media los deseos conscientes e inconscientes.
Es lo que mantiene a raya al cerebro del lagarto, pero también es responsable de darnos una sensación exagerada de nosotros mismos.
Nuestros egos anhelan poder e influencia, algo fácilmente accesible para usted como director ejecutivo.
Cuando llegas a ser director ejecutivo, es natural tener un poco de valentía. Estás en la cima de la pirámide. Te sientas en tu silla y de repente tus chistes se vuelven más divertidos.
Todo el mundo escucha atentamente cuando hablas. Tus conclusiones son siempre las conclusiones correctas. Pero no puedes caer en esta trampa.
Los ejecutivos impulsados por el ego pierden rápidamente su ventaja competitiva. Sin una revisión de la realidad, la toma de decisiones fracasa y pierden el control.
Como puedes superar a ese Ego malintencionado:
1. Adopta una mentalidad de crecimiento
Los mejores directores ejecutivos no son sabelotodo. Son unos aprendelotodo.
Puede que tengas mucha experiencia, pero siempre hay más que aprender.
Los mejores CEO’s leen mucho, escuchan podcasts y establecen contactos con personas dentro y fuera de su organización.
Cuanto más puedas ampliar tu perspectiva sobre el mundo, mejores decisiones podrás tomar para tu equipo y tu empresa.
Permítete la vulnerabilidad para admitir que no lo sabes todo. Si bien necesitas proyectar fuerza y confianza, tienes que estar dispuestos a decir: “No lo sé. Aprendamos juntos."
2. Solicita la opinión de tu equipo y escucha realmente
Cuanto más grande se vuelve tu ego, más estrecha es tu visión.
Para mantener tu ego bajo control, establece un proceso para recibir aportes y comentarios de su equipo sobre tus decisiones.
Hay que escuchar a los expertos, bájate de ese pedestal y escucha al equipo que te rodea. Obtendrás mejores resultados si abres tu mente.
La gente quiere triunfar y el éxito es contagioso. Quieren ser parte de un equipo ganador. Lo que un líder debe hacer es capitalizar las fortalezas de las personas para que puedan hacerlo.
3. Practica la gratitud a diario
Cultivar la humildad es una práctica de por vida que comienza recordando siempre cómo llegaste a ese lugar.
La humildad es uno de los rasgos más importantes de un líder. No permitas que tu orgullo se interponga en tu camino para obtener la información que necesitas para lograr los resultados que deseas.
Identifica tus puntos ciegos con un coach experto.
Si te encuentras luchando contra tu ego, no estás solo. Es fácil volverse demasiado confiado, Recuerda que eres un gran empleado y un gran líder, pero no eres clarividente.
Por definición, es imposible encontrar tus propios puntos ciegos.
Ahí es donde toma relevancia la ayuda de un coach ejecutivo. Tienen años de experiencia en liderazgo ejecutivo y saben cómo luchar contra el ego.
¿Cómo crecer a pesar de tu jefe?
En la primera reunión con Esteban B. en su proceso de coaching ejecutivo me contó que estaba harto de su jefe.
Esteban es un neurocirujano a cargo del área de I+D de una inmensa clínica en Santiago de Chile. La empresa había cambiado al CEO y él estaba cansado de su distrato.
Me dijo, ¿Puedo crecer a pesar de tener un mal jefe?
Mi respuesta fue sí. Es más difícil, pero no imposible.
Te cuento algunas de las señales de que su jefe no lo estaba promoviendo a Esteban:
1. No lo toman en cuenta como «high performance»: A pesar de sus esfuerzos, las oportunidades no eran para él. No lo calificaban bien y sólo resaltaban sus errores.
2. No lo dejaban aparecer en los reflectores: En reuniones con otros líderes, su CEO olvidaba mencionar sus aportes, hasta los presentaba como propios.
3. Minimizaba sus logros.
4. Los feedbacks eran duros: Las críticas eran más una demolición que una construcción, evaluando siempre por debajo de lo que merecía.
5. No le asignaban nuevos proyectos visibles: Lo mantenían en la sombra, sin ofrecerle oportunidades para destacarse.
Pues bien, ya has descubierto que, si tienes un jefe como este, ya te has cabreado, ahora es tiempo de hacer algo al respecto.
¿Qué hacer?
Es fundamental entender que NO necesitas a un jefe para crecer. Aquí van mis recomendaciones:
1. Una charla objetiva con tu jefe: Aborda el tema de forma constructiva, buscando contribuir a la empresa y preguntando cómo puedes crecer en ella.
Es un paso clave para dejar en claro que tu buscas crecer primero con tu jefe inmediato.
2. Explora otras áreas de la empresa: Identifica líderes dispuestos a brindarte nuevas oportunidades.
Conecta con otros compañeros en redes, sigue sus publicaciones, asegúrate de que tu presencia se note.
Eventualmente podrías enviar un mensaje comentando que te gustaría formar parte de su equipo.
3. Diseña un plan de vida y carrera: Pide colaboración de otro líder, que no sea tu jefe, para trazar un camino claro hacia tu crecimiento.
4. Busca mentores externos: No subestimes la valiosa perspectiva de mentores. Externo también es de otras áreas, otras plantas de la misma organización. No te límites.
5. Aunque duela, en ocasiones, ¡ahí no es!: A veces, el crecimiento está más allá de los límites de la empresa actual y es mejor buscar oportunidades en otra parte.
Recuerda que "El mejor momento para buscar empleo es cuando tienes empleo”.
Feliz 2024 según la neurociencia
Me apasiona la neurociencia. Estoy lejos de ser un experto, pero muy cerca de ser un curioso.
Le pregunté a los que saben cómo actúa el cerebro frente un deseo que recibimos de prosperidad para el año nuevo.
Cuando alguien nos desea prosperidad para el año nuevo, nuestro cerebro experimenta una serie de respuestas positivas.
La activación del sistema de recompensa libera dopamina, generando una sensación de bienestar.
Las emociones positivas, como la felicidad y la gratitud, se vinculan con regiones cerebrales específicas, como el córtex prefrontal y las áreas límbicas.
La práctica del pensamiento positivo puede influir en la plasticidad cerebral, promoviendo actitudes optimistas.
Las experiencias emocionales positivas son recordadas más fácilmente, contribuyendo a la formación de recuerdos alegres asociados con los buenos deseos.
Además, la interacción social fortalece los lazos afectivos, liberando oxitocina, un neurotransmisor vinculado al vínculo social y la confianza.
En resumen, estos procesos cerebrales y emocionales asociados con los buenos deseos que recibimos para el año nuevo pueden tener impactos beneficiosos en nuestro bienestar mental y físico.
Te deseo un maravilloso 2024 !!!
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